Presidente Dieter F. Uchtdorf, Segundo Consejero de la Primeria Presidencia
La esperanza en Dios, en Su bondad y en Su poder nos renueva con valor durante desafíos difíciles.
Traducción:
La esperanza tiene el poder de colmar nuestra vida con felicidad. La esperanza nos sustenta durante la desesperanza. Aprendemos a cultivar la esperanza de la misma manera en la que aprendemos a caminar: un paso a la vez.
Nuestra capacidad de “[abundar] en esperanza por el poder del Espíritu Santo” aumenta al vivir el Evangelio más perfectamente (Romanos 15:13). Tenemos esperanza en Jesucristo, en la bondad de Dios, en las manifestaciones del Santo Espíritu, en el conocimiento de que las oraciones se escuchan y se contestan.
La esperanza nos enseña que hay un motivo para regocijarse aun cuando todo a nuestro alrededor parezca obscuro. No obstante lo miserable que parezca el capítulo de nuestra vida hoy día, gracias a la vida y al sacrificio de Jesucristo, tendremos la esperanza y la seguridad de que el final del libro de nuestra vida excederá nuestras más grandes expectativas.
La esperanza nos enseña que hay un motivo para regocijarse aun cuando todo a nuestro alrededor parezca obscuro. No obstante lo miserable que parezca el capítulo de nuestra vida hoy día, gracias a la vida y al sacrificio de Jesucristo, tendremos la esperanza y la seguridad de que el final del libro de nuestra vida excederá nuestras más grandes expectativas.
A todos los que sufren, a todos aquellos que se sienten desalentados, preocupados y solos, les digo con amor y profunda preocupación: nunca cedan. Nunca se den por vencidos. Nunca permitan que la desesperanza se apodere de su espíritu. Porque el amor del Hijo de Dios penetra toda obscuridad, apacigua todo pesar y llena de alegría cada corazón. De esto testifico y les dejo mi bendición en el nombre de Jesucristo. Amén.