“Si todo el talento, el tacto, la sabiduría y el refinamiento del mundo descansaran sobre una única persona, y esa persona fuera enviada a mí con el Libro de Mormón y me lo presentara y me declarara la verdad de él empleando la más excelsa elocuencia terrenal, intentando corroborarla mediante su conocimiento y la sabiduría del mundo, para mí habría sido como el humo que asciende y se desvanece. Cuando vi a un hombre sin elocuencia o talentos para hablar en público y que sólo pudo decir: ‘Yo sé, por el poder del Espíritu Santo, que el Libro de Mormón es verdadero, que José Smith es un Profeta del Señor’, el Espíritu Santo que procedía de aquel individuo iluminó mi entendimiento y percibí la luz, la gloria y la inmortalidad manifiestas ante mí”
Presidente Brigham Young
Deseret News, 9 de febrero de 1854, pág. 4;