"Aquel que desempeña una asignación en la Iglesia, que estudia y ora, pero que no trabaja, no es feliz y no tiene éxito; pero el que verdaderamente trabaja con todo el corazón, alma, mente y fuerza pronto se dará cuenta de la necesidad del estudio y la oración y los buscará.
A través de los años, la mayoría hemos escuchado la fórmula básica del éxito misionero: estudio, trabajo y oración.
Estos mismos principios son fundamentales en cualquier otro servicio hacia nuestro Señor o sus hijos, y ciertamente el trabajo no es el menos importante. En el plan del Señor, el trabajo es la llave para el gozo verdadero."
Élder Marion D. Hanks,
Liahona febrero 1970 pág.32